Periodismo de investigación sobre cambio climático

La guía definitiva

En esta guía encontrás:
Introducción al cambio climático. Los informes del IPCC. Las negociaciones del cambio climático. Género y cambio climático. Salud y cambio climático. Migraciones y cambio climático. Los costos del cambio climático.

Introducción a la investigación periodística. Planificar una investigación. El trabajo con las fuentes. Escribir la investigación. Investigación periodística en el cambio climático. Comunicar la incertidumbre. Vender una historia climática. Áreas de investigación del cambio climático. Preguntas para una investigación. Comunicar la ciencia del cambio climático. Consejos para investigar el cambio climático. Casos de éxito en periodismo climático. Fuentes para una investigación climática. Glosario

Introducción al cambio climático

El cambio climático es la historia más grande del siglo XXI porque afecta en gran escala a las sociedades, las economías y las personas. Igualmente, enormes son los ajustes que tendremos que hacer a nuestros sistemas energéticos y de transporte, así como a las economías y las sociedades si queremos reducir sus efectos.

Es por ello que todos los periodistas deberíamos entender la ciencia del cambio climático, sus causas, sus controversias y sus impactos presentes y proyectados. Ese debe ser el primer paso para poder comunicarlo. Es una historia transversal que atraviesa las secciones de un medio y que requiere de conocimientos técnicos para poder comunicarlo.

El clima, de acuerdo a la Real Academia Española, es el “conjunto de condiciones atmosféricas que caracterizan una región”. Al mismo tiempo, el cambio climático es la variación global del clima en el largo plazo, sea por causas naturales como por la acción de los humanos, también conocido como causas antropogénicas.

La temperatura media de la tierra ya se ha incrementado más de un grado centígrado desde la época preindustrial. Pero ese podría ser sólo el comienzo, ya que la suba podría alcanzar los cuatro grados centígrados de seguir nuestras vidas de la misma manera. Se estima que una suba de dos grados centígrados ya tendría consecuencias irreversibles para todos nosotros y el planeta.

Las estimaciones tienen una base científica sólida, representada por el Panel Intergubernamental de expertos en Cambio Climático (IPCC), una organización internacional de científicos que analiza en informes exhaustivos los cambios en el clima y sus implicancias para el mundo. Sin embargo, todavía existe un grupo muy reducido de científicos que niegan el cambio climático.

La Tierra recibe energía del sol en forma de rayos ultravioleta (luz) y libera parte de esta energía al espacio en forma de rayos infrarrojos (calor). Los gases pueden absorber parte de esta energía saliente y emitirla como calor. Estos gases, que incluyen vapor de agua, dióxido de carbono y otros, se denominan gases de efecto invernadero.

Actúan como una manta que rodea la Tierra y la mantiene más cálida de lo que sería de otra manera. Sin este proceso natural, conocido como efecto invernadero, nuestro planeta estaría en promedio unos 30ºC más frío. Pero demasiado efecto invernadero crea problemas.

Muchos factores influyen en el clima de la Tierra como la concentración atmosférica de aerosoles y de los gases de efecto invernadero (GEI), la cantidad de radiación que recibe del Sol o las propiedades de la superficie terrestre. Cuando el equilibrio entre estos elementos se rompe se modifica la cantidad de energía que la Tierra absorbe o devuelve al espacio, provocando un calentamiento.

El cambio climático no es algo nuevo para el planeta, pero hasta ahora siempre se habían producido por causas naturales, sin la influencia del hombre.

Desde la revolución industrial, la situación ha cambiado y la acción humana está influyendo y acelerando el proceso de cambio climático global. Motores, industrias y calefactores emiten cada segundo, gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO2).

El CO2 el gas más abundante y, como otros GEI, se genera esencialmente durante la quema de combustibles fósiles. Se estima que la concentración atmosférica de CO2 se ha incrementado a un ritmo inédito desde la era preindustrial, que en ese momento era de 280 partes por millón (ppm). Hoy estamos en 400 ppm, muy por encima del nivel natural de los últimos 650.000 años (de 180 a 300 ppm). El objetivo para mantener la estabilidad del clima es que no supere los 450 ppm, equivalente a dos grados centígrados, según el IPCC.

Las principales fuentes de emisiones de GEI de las actividades humanas incluyen la generación de energía, el transporte, las actividades industriales, la deforestación y la agricultura. Los países han variado históricamente mucho en el tipo, fuente y cantidad de gases de efecto invernadero que emiten.

El mayor emisor hoy es China, pero su gran población significa que las emisiones por persona (per cápita) son más bajas que en muchos otros países.

Históricamente, los Estados Unidos han emitido más gases de efecto invernadero que cualquier otro país, y hoy sus emisiones per cápita siguen estando entre las más altas del mundo. La cuestión de quién es responsable del cambio climático se complica cuando la demanda del consumidor en un país aumenta las emisiones en otro.

Los informes del IPCC

Los informes del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change), son considerados como las evaluaciones científicas más autorizadas del mundo sobre cambio climático y son producidos por cientos de científicos de todo el mundo. El IPCC no hace sus propias investigaciones. En vez de eso, científicos de universidades, think-tanks, empresas y organizaciones del tercer sector evalúan y resumen de manera voluntaria los más recientes descubrimientos sobre cambio climático.

El quinto informe de evaluación del IPCC (AR5) es el primero desde 2007 (AR4), año en el cual el IPCC ganó el Premio Nobel de la Paz. De acuerdo con el informe, los científicos tienen más certezas que nunca que la actividad humana es responsable de la mayor parte del calentamiento global desde 1951.

El informe también resalta que el incremento del nivel de los océanos se ha acelerado al igual que el derretimiento de los glaciares.

Sin una estrategia agresiva para reducir la emisión de gases de efecto invernadero en este siglo, la temperatura está encaminada a aumentar más de dos grados centígrados para 2100, de acuerdo con el último informe del IPCC. Esto llevaría a cruzar un umbral de calentamiento catastrófico con consecuencias globales devastadoras para todo el mundo.

Si miramos el calentamiento global en términos de décadas, las últimas han sido más calurosas que las anteriores desde 1850. El período que va de 1983 a 2012 fue probablemente el período de 30 años más caluroso de los últimos 800 años y seguramente el más caluroso de los últimos 1400 años.

Desde 1950, la atmósfera y los océanos se han vuelto más calurosos, la extensión y el volumen de la nieve y el hielo han disminuido y los niveles de los océanos se han incrementado.

Muchos de estos cambios están ocurriendo más rápido que en el pasado. Hay muchas evidencias de que las temperaturas extremas, incluyendo días calurosos y olas de calor, se han vuelto más comunes desde 1950.

Los impactos del cambio climático ocurren ahora y en todos lados, afectando a todos los continentes y océanos. Sin embargo, las poblaciones pobres y marginalizadas son las más vulnerables, afectando actividades de las que dependen como la agricultura. En otras palabras, el cambio climático podría frenar o hacer retroceder el desarrollo conseguido en las recientes décadas.

América Latina no es la excepción y su clima también está cambiando. A lo largo de la región se detectó un calentamiento de 0,7 a 1°C desde la década de 1970. La tendencia en aumento de la precipitación anual en el sureste de América del Sur contrasta con la tendencia en descenso en América Central. Se han observado cambios en el caudal y la disponibilidad del agua, con un retroceso marcado en los glaciares andinos.
Los cambios en el clima y los patrones climáticos están afectando negativamente a la salud humana en América Latina, al aumentar la morbilidad, la mortalidad y las discapacidades y a través de la aparición de enfermedades en zonas nuevas. América Latina alberga las mayores zonas de diversidad biológica y su conversión a actividades productivas explica en gran parte las emisiones de la región.

El IPCC aclara que todavía podemos mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados en comparación con los niveles preindustriales. La tarea por delante es asequible, pero masiva. Lo que se necesita es nada menos que cambios a gran escala de la matriz energética, combinados con un profundo y rápido recorte de emisiones.

Según los científicos del IPCC, tendremos que casi cuadruplicar el uso de energías limpias.
Las soluciones limpias tienen que reemplazar a los combustibles fósiles, los principales causantes de emisiones globales y el cambio climático. Del mismo modo, el reporte se refiere a la posibilidad de reducir las emisiones a través de la infraestructura inteligente y la eficiencia energética.

Pero, independientemente de las emisiones futuras, el IPCC prevé un mayor calentamiento a nivel global en gran medida debido a las emisiones del pasado y a la inercia en el sistema climático.

La mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la actividad humana se originan en pocos países y regiones, entre ellos Estados Unidos, China y Europa.

A pesar de ello, todo el mundo siente sus efectos, de una manera más o menos pronunciada.

Las negociaciones del cambio climático

Las negociaciones internacionales sobre cambio climático son procesos de debate y toma de acuerdos entre países a fin de emprender esfuerzos globales para enfrentar el cambio climático. Actualmente se dan en el seno de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). El objetivo de la CMNUCC es “la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático” (FARN, 2015).

La Convención entró en vigor en 1994 y a la fecha 194 países la han ratificado. Las negociaciones internacionales comenzaron oficialmente en 1995, con la realización de la primera Conferencia de las Partes (COP) de la CMNUCC en Berlín. Desde entonces, los países Partes de la Convención se han reunido anualmente para debatir y tomar decisiones sobre cómo implementar la Convención.

Las negociaciones se originaron durante la primera conferencia mundial del clima de la Organización Mundial Meteorológica en 1979. Ahí se reconoció por primera vez el cambio climático como una amenaza global. Desde entonces hasta 1992, el cambio climático fue abordado principalmente desde el punto de vista científico.

Un hito importante fue la publicación del primer informe del IPCC, que determinó con un 90% de certidumbre que las actividades humanas producen los gases de efecto invernadero.

A raíz de estos hallazgos, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió preparar una Convención Marco. Durante la Cumbre de Río en 1992 se adoptó la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y el cambio climático se convirtió así en un asunto de colaboración y negociación internacional, junto con otras dos convenciones (Diversidad Biológica y Lucha contra la Desertificación y la Sequía).

La CMNUCC sostiene que los países menos desarrollados no tienen la misma responsabilidad ni capacidad de implementar cambios, y al mismo tiempo tienen el derecho a desarrollo sostenible. Ello se enmarca en el reconocimiento de que existen responsabilidades comunes pero diferenciadas para los países al momento de avanzar con la acción climática.

Cuando un país genera emisiones, las mismas generan impactos alrededor de todo el mundo. Adicionalmente los impactos serán incrementales y aunque ya se sienten, se sentirán mayormente en el futuro. Así, el cambio climático se constituye en un problema complejo, con serias implicancias de equidad intergeneracional y entre países. En tal sentido, son necesarios acuerdos globales para el cambio climático.

En 1997 se aprobó el Protocolo de Kioto, que estableció compromisos de reducción de emisiones para todos los países industrializados y países con economías en transición hacia una economía de mercado. El Protocolo de Kioto entró en vigor en 2005 durante la decimoprimera COP. Sin embargo, cuatro de las Partes de la CMNUCC no lo ratificaron y su efecto para reducir las emisiones globales ha sido muy limitado.

El fracaso del Protocolo de Kioto dio lugar a las negociaciones por un nuevo acuerdo climático que estableciera compromisos para todos los países y no sólo los industrializados. Luego de años de negociaciones, la CMNUCC acordó en la COP15 de 2015 el Acuerdo de París. Los países se comprometieron a mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C sobre los niveles preindustriales, manteniendo los esfuerzos para limitar el aumento a 1.5ºC.

Antes y durante la conferencia de París, los países presentaron sus planes nacionales de acción contra el cambio climático, también conocidos como Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC). Allí, cada gobierno establece su hoja de ruta para reducir sus emisiones (mitigación) y para adaptarse a los efectos del cambio climático (adaptación). Las NDC deben actualizarse cada cinco años, siempre incrementando el nivel de ambición.

Varias son las posibles formas de contar el cambio climático en los medios audiovisuales: informativos, crónicas periodísticas, entrevistas, informes de investigación, columnas de opinión, comentarios, líneas de tiempo o radioteatros.

Tener en cuenta que el relato se puede encarar desde distintas perspectivas: científica, sanitaria, jurídica, social, política, educativa, económica y por supuesto ambiental.

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Fermín Koop

Fermín Koop

Periodista

Fermín Koop es periodista argentino especializado en ambiente y cambio climático. Es Licenciado en Periodismo (USAL), Especialista en Cambio Climático (FLACSO) y Magister en Ambiente y Desarrollo (Reading University). Actualmente trabaja como editor regional del sitio de noticias Diálogo Chino, además de coordinar Claves21 y colabora de manera freelance con medios nacionales e internacionales. Es miembro regional de la red Earth Journalism Network, a través de la cual participó de cumbres internacionales de cambio climático en los últimos años.

Fermín Koop

Fermín Koop

Periodista